Si buscamos la definición de ilustrador, encontraremos una descripción simple y seca que deja bien claro que este se encarga de elaborar las representaciones visuales a las ideas, conceptos, personajes y situaciones que son parte central y soporte de comunicación gráfica impresa, artística o digital.
Sin embargo, para Julio Pozo la ilustración tiene más alma y pasión de lo que muestran estas palabras y es que su trabajo de ilustrar “es dar un rostro a las palabras de otros” y, para ello, hay que conectar con las letras y sentir lo que se quiere comunicar para que la imagen logre sensibilizar a las personas.
Se define como un aficionado del “comics, manga de anime y los video juego” y a través de ellos busca su inspiración para crear trabajos para su cuenta @zatara09, afirmando que “eso es algo que definitivamente me encanta”.
Nacido el 26 de septiembre de 1982, su historia en la ilustración se empezó a escribir desde la infancia, pues desde niño le encantaba dibujar “helicópteros, aviones y personajes como las Tortugas Ninja”. Esa inclinación por el dibujo fue alimentada cada año que pasaba, hasta que, un día a mediados de los 90, en el periódico el Nacional, Cristian Hernández le inspira a dibujar caricaturas.
Etapa de superhéroes
“De esos días de dibujar las caricaturas de Cristian, mi padre vio mi potencial y es ahí que se alimenta más mi pasión por el dibujo. Luego de un tiempo, me enfoqué en ilustrar superhéroes como el Hombre Araña, personajes de Dragon Ball Z y Los Caballeros del Zodiaco. Dibujaba y dibujaba. Así pasaba los días”, nos cuenta con emoción en los ojos.
Recuerda como su padre, el arquitecto Rafael Pozo, le ayudaba con las técnicas para dominar el dibujo. Le motiva a entrar a la Escuela Nacional de Bellas Artes, donde tiene la oportunidad de pulir su talento. Luego decide enfocarse en sus estudios universitarios y de la Universidad Autónoma de Santo Domingo UASD sale con un título en Publicidad: Creatividad y Gerencia. De esos años de formación, recuerda a su Profesor Traboux, pues
con él aprendió mucho de la anatomía; mientras que de José Rotellini, tanto del padre como del hijo, logró aprender a dominar la perspectiva.
Profesional en construcción
Cada paso que ha dado Pozo es un muro que levanta en la construcción del profesional que hoy es y que puede llegar a ser. Afirma: “Mi vida como ilustrador, con el paso del tiempo, ha cambiado mucho, he aprendido a adaptarme a todas las generaciones y aprender las nuevas técnicas que han nacido, sin embargo, nunca he dejado mis técnicas clásicas y lo más interesante es que realizo una mezcla con la antigua forma de ilustrar y la de
hoy en día, donde hay interesantes herramientas digitales”.
Sobre su oficio nos cuenta: “Para mí la palabra ilustrar es la acción y efecto de ilustrar (dibujar, adornar). El término permite nombrar al dibujo, estampa o grabado que adorna, documenta o decora un libro. En Artes Gráficas es colocar, o incluir en un libro o publicación láminas o dibujos que están relacionados con el texto. Y es que el ilustrador se encarga de elaborar representaciones visuales fieles o transformaciones de la realidad de ideas,
conceptos, personajes y situaciones que serán partes centrales de diferentes contenidos”.
Afirma que la vida de un ilustrador, “no te mentiré, tiende ser solitaria, pues requiere concentración y dominio absoluto de un estilo, tiempo de desarrollo que tiende ser largo, en especial si estás trabajando solo, lo que es muy común. Pero, si de algo estoy seguro, es que nada podrá alejarme del placer de dibujar”.
Su caricatura
Para Julio Pozo, la caricatura es un retrato que exagera o distorsiona la apariencia física de una o varias personas. Es en ocasiones un retrato de la sociedad reconocible, para crear un parecido fácilmente identificable y, generalmente, humorístico. Agrega: “No solamente realizo caricaturas también me gusta plasmar mis ideas en piezas de arte. Soy una persona que no está quieto en una sola técnica de ilustrar, me gusta variar, eso me motiva y
me hace crecer y mejorar”.
Desde hace 14 años labora en el periódico El Día como ilustrador y creador de infografías. En el 2018 decide incursionar con su negocio de caricaturas de personajes, “empecé haciendo caricaturas a personas del medio y, hasta el sol de hoy, me encanta y divierte”.
Asegura que, definitivamente, seguir este camino no ha sido fácil… “hay mucho trabajo, desvelo, aprendizaje, frustraciones y cuestiones que, tal vez, te pudieran empujar en la dirección contraria y no querer volver a tomar un lápiz, pero al final, cuando encuentras el ritmo de tu trabajo, lo conoces y sabes dónde y cómo promoverlo, los resultados valen la pena”.
Amar lo que haces
Julio Pozo termina la entrevista compartiendo una gran lección: “Sé que, igual que yo, habrás escuchado muchas veces la frase: ‘Haz aquello que ames y no tendrás que trabajar un día en tu vida’, pero la verdad es que, incluso al encontrar algo que amas, habrá momentos en los que no vas a saber qué hacer, y tendrás que luchar por defenderlo de todos, hasta de ti mismo. Entonces recuerda que el amor por algo requiere compromiso, toneladas y toneladas de compromiso, que es lo que te hace sentir completo mientras haces eso que te gusta, pero siempre, y sobre todo en carreras como esta, debes estar listo a dar la milla extra cuando decidas aceptar ese compromiso”.