Escuchar, retroalimentar y buscar conocimiento son acciones básicas para construir nuestro liderazgo.

Ser un líder o tener actitudes de liderazgo siempre será un factor diferenciador en muchas de las áreas de nuestra vida, ya que nos permitirá crecer y alcanzar mejores resultados en nuestros trabajos, empresas, relaciones interpersonales, con nuestros hijos e incluso hasta en los espacios de esparcimiento y diversión.

El liderazgo es una de las mejores herramientas para tener éxito como seres que vivimos y somos parte de un colectivo. Pero para ser un buen líder no basta con la decisión y el conocimiento, se requiere tener ciertas actitudes, formas de ser, pensar y actuar que nos lleven a ese nivel.

La clave está en entender a nuestro cerebro y cómo se implantan en nosotros las creencias y comportamientos.

 La neurociencia nos ha enseñado que el 80 por ciento de las decisiones que tomamos vienen de nuestro cerebro primitivo y emocional. Por esta razón, la mejor manera de convertirnos en buenos lideres, es creando hábitos alineados a ese resultado que deseamos, que al grabarse en nuestro inconsciente nos permitan convertirnos en el ser humano que es un líder.

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Hábitos correctos
Recordando que un hábito es esa acción que realizamos de manera repetitiva hasta que llegue a grabarse en nuestro cerebro primitivo y ya luego la hacemos de forma automática.

La pregunta ahora es: ¿Cuáles serían esos hábitos que, al instaurarlos en mi vida, me convertirían en un buen líder? Para ser un líder real y moderno, se necesita forjar ciertos hábitos. Dentro de esta lista hay 3 que considero relevantes y de suma importancia: escuchar, retroalimentar y la búsqueda del conocimiento.

Escuchar
Escuchar siempre a tus colaboradores o miembros de tu equipo, te permitirá tener claridad sobre sus motivaciones, su bienestar y sus capacidades.

Lograrás crear el clima perfecto para lograr en ellos un mejor trabajo en equipo y una actitud enfocada a los resultados. Pero es importante que esta escucha sea activa y empática, para que la persona se sienta realmente escuchada, respetada y valorada.

Retroalimentar
Un hábito muy importante en un buen líder es dar ‘feedback’ constantemente y no solo cuando surja una situación o en una reunión. Poder, de manera constante, estar brindando retroalimentación a todos los miembros del equipo, permite un mayor crecimiento individual y colectivo, además de que aumenta la productividad y mejora el clima laboral. Este ‘feedback’ deber ser claro, directo y siempre en un ambiente constructivo.

Búsqueda de conocimiento
Tener el hábito de buscar de manera continua conocimientos, informaciones y formas distintas de hacer las cosas, llevan a un crecimiento, tanto individual como colectivo, y permiten al líder tener las herramientas necesarias para llevar a su equipo a los resultados deseados.

Además, crea un ambiente donde ni el líder, ni los demás colaboradores, pretenden saberlo todo, fomentando así una cultura organizacional cargada de humildad, de verdadera sinergia y de crecimiento constante.

Por último, quiero recordarte que ser un líder no está relacionado a una posición, cargo o funciones, sino a una forma de ser, actuar y de gestionar a los demás.

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