«¿Quién dijo miedo?» Usada por algunos para demostrar a otros y a sí mismo sus altos niveles de valentía o, tal vez, para acallar sus propios temores. Supongo que más de una vez habrás escuchado esta frase y lo más probable que también la usaste para condimentar alguna acción o ser un tanto jocoso al contar una que otra anécdota que quisieras etiquetar como «heroísmo».
No sabemos de donde sale, o por lo menos yo no lo sé, pero buscando y buscando encontré tres significados en el portal https://expresiones.info y me parece atinado compartirla con ustedes, pues es esencial que hagamos hábito el saber qué implican las cosas que hacemos y qué relación guardan con lo que decimos. Sin dejar de lado que «el conocimiento no pesa».
La frase ‘Quién dijo miedo’ tiene tres significados:
- No tengo (o no tenemos) ningún miedo en absoluto, como sería natural y/o se podría pensar.
- Es una frase con la que alguien se infunde a sí mismo ánimo para afrontar una dificultad o una acción arriesgada.
- Es una pregunta no interrogativa usada para negar enfáticamente la supuesta existencia de miedo.
En el último significado, se hace la siguiente acotación: «Esta expresión es un caso frecuente de la frase general ‘Quién dijo’ seguida de un sustantivo y que es una pregunta no interrogativa usada para negar enfáticamente la supuesta existencia de lo expresado por el nombre o sustantivo que sigue.
Siempre es bueno saber. El conocimiento no pesa. Pero lo más importante es que, al conocer el uso de este tipo de expresiones, podremos utilizarlas correctamente y darles el matiz real a nuestras acciones. Es común dejarnos llevar de las «olas», de lo que está de moda o lo que una tercera persona, con cierto grado de penetración en las masas, pone a repetir a otros.
Este es solo un ejemplo, de los más sanos que hay en el mercado, de lo importante de saber lo qué decimos, cómo lo decimos y lo que significa o puede interpretarse lo que decimos. Si no haces este ejercicio de conocimiento puedes tener la certeza que eres una oveja en el rebaño guiado por terceros. A veces es inteligente seguir a otros, por eso es bueno saber a quién seguir y el por qué lo sigues.
Creo que es tiempo que te preguntes si ¿quieres ser una oveja o pastor?, ¿si eres un loro para repetir todo lo que dicen los demás, por más gracioso que pudiera sonar? o si quieres ser el pastor al que siguen las ovejas. Para esto último hay dos puntos importantes que debo acotar:
- El pastor actúa con responsabilidad, pues debe guiar a otros por el camino del crecimiento, aprendizaje y desarrollo. Es la cuota de contribución con el mundo que le rodea.
- El pastor no es un payaso, pues los pastores tienen la gran responsabilidad de guiar, no entretener, como estos personajes del circo.
En todo lo anterior expuesto hay tres elecciones claras. O eres pastor, o eres oveja o eres payaso. ¿Cuál quieres ser?