¡Una imagen vale más que mil palabras!

Las nuevas tecnologías han significado un cambio de estilo de vida entre todas las personas que son usuarias de la Internet. Pero este cambio arrastra consigo la aparición de nuevos términos. Dos de ellos, muy en tendencia en las plataformas digitales y que se relacionan entre sí: fotos y marcas personales.

Conozcamos su definición por separado. Marca personal, según los mercadólogos, es el proceso de definir y promocionar lo que te representa como individuo. Por su parte, la fotografía, es el arte y la técnica de obtener imágenes duraderas debido a la acción de la luz.

Dentro del rubro de imágenes y representaciones gráficas es indispensable mencionar el tema de la fotografía. Sin duda, esta herramienta es la nueva carta de presentación de las marcas personales y comerciales que buscan crear su identidad y fijar expertiz en los medios digitales. Las nuevas tecnologías exigen que lo visual sea lo que prevalezca en los contenidos, variando sus formatos entre foto, video o diseño.

Partiendo de esta premisa, las marcas que deseen trabajar su perfil hasta lograr autoridad en los medios digitales deben considerar la toma de fotos profesionales, las cuales le ayudarán a darle carácter a su proyecto. Así como cualquier otro factor de importancia, deben incluir en sus presupuestos, la contratación de un fotógrafo profesional.

¿Por qué? Este será el encargado de velar de que sus servicios sean vistos con calidad. Y si este criterio se ha mencionado en varias ocasiones, es porque es determinante en la decisión de compra de los consumidores. Un fotógrafo profesional buscará transmitir tu esencia, se convierte en un cómplice del mensaje que se quiere compartir mediante las imágenes.

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Si hay un dicho que permanece vigente en el tiempo es el titulado “Una imagen vale más que mil palabras”. Es tal el impacto que una imagen puede causar que es susceptible a despertar emociones desde la perspectiva del usuario. Estas pueden ser: inspirar confianza, seguridad, certeza o dominio; pero también, desconfianza, duda e indisposición, entre otras.

Tomando en consideración que las imágenes son capaces de comunicar, ¿qué hace que una fotografía sea buena? En primera instancia, debe transmitir un mensaje que tenga objetivos claros. La calidad debe prevalecer, pues esta se convierte en una referencia del valor del trabajo que se pretende representar. La composición debe impactar y levantar
emociones. En sentido general, una buena fotografía cumple su objetivo cuando logra despertar la intención y la atención del usuario que reciba la información visual.

El factor común de las ventas en las redes sociales es la combinación de buena fotografía con un buen mensaje, así que ¡cuida tu imagen digital! Tu foto de perfil no solo será vista al entrar en tu cuenta, sino también, cada vez que interactúes en los perfiles de otros, en comentarios o ‘me gustas’.

Algunas recomendaciones a tomar en cuenta para las fotografías que acompañarán tu mensaje de marca son: que sea de buena calidad, que sea un encuadre de cerca, que los colores usados en las fotos vayan acorde a tu identidad corporativa y, sobre todo, que las fotografías se aproximen a la realidad de la marca. De esa manera, generas confianza y evitas decepciones.

Fotos en estudio
En el campo de la fotografía, hay un estilo que está volviendo a tener auge y es el de retratos en estudio. Está surgiendo nuevas variantes de hacer este tipo de fotos. Nada que ver con los foto-estudio de antaño, donde el resultado pareciera sacarse de una película antigua. En estos tiempos, los estudios fotográficos ofrecen resultados modernos y vanguardistas. Es tanto el alcance que han tenido, que se vuelve casi imposible concebir una marca personal posicionada en redes sociales, sin contar con fotos en estudio.

Este estilo les da formalidad a las marcas. Pues, a la vez, los fondos de papel que fungen como plataforma de las fotos, con su color, ayudan a desarrollar el ‘branding’ de las marcas. Aparte del fondo, otros elementos componen el mensaje: poses, vestuarios y ‘props’. Este último, se refiere a aquellos elementos decorativos o no que complementan la composición.

Hay algunos ‘props genéricos’ que se pueden adaptar a cualquier profesión o ámbito. Como computadora, banquitos, celular, etcétera. Sin embargo, los que pueden causar mayor impacto son aquellas que describen gráficamente la profesión. Ejemplo, en el caso de que una asesora de imagen desee hacerse una sesión de fotos profesional puede llevar, como
‘props’, closet móvil, telas de diferentes colores y texturas, variedad de combinaciones de ropas, círculo cromático y perchas, etcétera.

Recuerda, la primera impresión cuenta y en redes sociales las fotografías son tu carta de presentación. Así que considera invertir en ello y no te arrepentirás de los resultados.

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