Comunicar desde el museo

Partiendo de que la Comunicación Corporativa es una función clave para que las instituciones puedan dar cuenta de su accionar en los entornos en que están presentes, comunicar desde las instituciones culturales resulta no solo fundamental para estas entidades, sino que deviene en un aporte que trasciende la institución y sus actores, ya que lo que se comunica comprende, además, la cultura de un colectivo: se comunica un componente intangible de la sociedad.

La comunicación desde la cultura es también un espacio para divulgación y promoción de los valores culturales de una sociedad o grupo identitario: sus componentes tangibles e intangibles, tradiciones, actores (entendidos como los individuos que hacen la cultura), procesos, transformaciones evolutivas, historia…

Dicho esto, hacer pública la cultura en el siglo 21 implica que las formas y medios de comunicación tradicionales deben considerarse parte del espectro de opciones, pero no el todo. Tenemos, desde finales de siglo 20 y en estos 18 años del presente ciclo, centenario, un espectro de medios y plataformas nuevas y en constante evolución y transformación. Esto supone que el comunicador corporativo y las instituciones culturales no solo comprendan este escenario cambiante en una frecuencia corta, sino que adapten sus contenidos de comunicación a estas plataformas y medios, sea donde esté su público, sea donde esté el público que quieran alcanzar; porque para las instituciones culturales siempre está el reto de abarcar todos los públicos, en el entendido de que la cultura pertenece a todos: sin distinción de sexo, edad, recursos económicos, lugar de residencia, niveles educativos, idiomas. Hará falta comunicar desde los medios impresos, la televisión, la radio, las vallas publicitarias, pero también desde los medios digitales, redes sociales y cualquier otro medio que la tecnología provea en los próximos días.

¿Cómo se comunica la cultura? Es una pregunta que debo hacerme todos los días desde que trabajo en el departamento de Comunicaciones del Centro León. Es el reto diario de una institución cultural, cuya dinámica se mueve entre el museo y el centro cultural, que debe hablar sobre sus colecciones (artes visuales, arqueología, etnografía, audiovisuales, bibliográficas, documentales, el aviario y sus jardines), que promueve la cultura dominicana desde su contexto caribeño (y esto incluye las relaciones de la cultura dominicana con sus pares caribeños sin distinción de idioma), y que dentro de estos ámbitos maneja tres temas (identidad, creatividad y habitabilidad).

Suena a mucho trabajo. Y lo es. No puede comunicarse igual una exposición de artes visuales para exponer en el Centro León que fuera de sus instalaciones (en el país o el extranjero) y cualesquiera que sean sus técnicas (pintura, escultura, video, dibujo, arquitectura, fotografía, sonido), como se comunica una manifestación cultural relacionada a la religiosidad popular y/o la vida cotidiana de una comunidad particular, o la divulgación de programas que impactan segmentos de población específicos como los centros educativos del sistema de educación básica y secundaria distantes al museo…

Y porque cada pieza comunicacional (nota de prensa, textos de sala para exposiciones, la memoria anual institucional, catálogos de exposiciones, entrevistas para el canal de YouTube, artículos de interés para la web institucional, textos para redes sociales, por citar algunas) que se conciba de una institución como esta tiene, detrás de su ejecución y distribución, que contemplar las características expuestas anteriormente y que permean su misión y visión. Y porque la cultura es, por definición, una constante evolución de prácticas, de materiales, de sentidos, de intercambios con otras culturas también. Y este intercambio es, desde luego una forma de comunicación.

 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí