El ser humano por naturaleza alberga sentimientos que le impiden la imparcialidad en el ejercicio de su trabajo, pero los elementos que mayor impactan en esto son los intereses políticos, económicos o personales, además de los intereses de los propietarios de los medios.
Al decir estas palabras, el director del periódico El Nacional, Bolívar Díaz Gómez, asegura que la imparcialidad es un mito que, desde el punto de vista teórico, es hermoso, pero cuando el profesional choca con la realidad se da cuenta quien por más empeño que ponga, este ideal no existe.
Al poner gran empeño, se puede ser objetivo al momento de redactar una información o un reportaje y esto podría ser suficiente para mantener la credibilidad ante los lectores, aunque debo mencionar que un gran periodista español dijo que si él hubiera nacido objeto sería objetivo, pero que como nació sujeto, es subjetivo”.
Periodista y comunicador
Para Bolívar Díaz Gómez, aunque en la práctica parecen cumplir la misma función, existe una marcada diferencia entre un periodista y un comunicador. Indica que el comunicador tiene la función de estar informado e informar, de analizar las noticias publicadas.
“De modo que el comunicador no necesariamente tiene que ser periodista. Como aquí no existe ningún instrumento que regule el ejercicio de la comunicación como ciencia es normal encontrar abogados, médicos, locutores y hasta mecánicos haciendo el papel de comunicadores a través de programas de radio o televisión”.
Sin embargo, indica que el periodismo implica una mayor responsabilidad y seriedad en su ejercicio, “de modo que podría decir que el rol de un comunicador puede ser cualquiera que se le ocurra, pero el de periodista implica la responsabilidad de informar los hechos de manera veraz y objetiva, cuidándose de no incluir juicio de valor en la información”.
El director del periódico El Nacional considera que el periodismo que se ejerce en República Dominicana, probablemente, está entre los mejores de América Latina, porque la mayoría de los reporteros no atienden a intereses particulares, a lo que agrega: “aunque está claro que, como en toda regla, hay excepción y debo admitir que algunos se han apartado de los parámetros éticos y, a veces, esos que son minoría terminan salpicando el ejercicio de la mayoría”.
Díaz Gómez es de los que piensa que para ser un buen periodista -aunque de ninguna manera dice que él lo es- hay que tener varias cualidades, comenzando con un ejercicio ético del oficio, que es lo que le garantiza la credibilidad ante los consumidores de noticias, disciplina en el trabajo, cultura general aceptable y dedicación.
Como director de un periódico de circulación nacional, indica que, aunque el director de un medio es el responsable de la edición, la realidad es que su trabajo será bueno o malo dependiendo del nivel de colaboración y la capacidad del equipo de reporteros que lo acompañe.
Las aristas del oficio
Una buena parte de los periodistas que llegan a las redacciones de los medios, especialmente los recién graduados, lamenta Díaz Gómez, tienen grandes lagunas en lo relativo a cultura general, que es la base fundamental para ser un buen reportero y, esta deficiencia, se refleja al momento de redactar una información o preparar un reportaje, el cual es la estrella del buen periodismo, pero que es costoso y requiere de mucha investigación y tiempo.
Considera que aunque las universidades no están cumpliendo con su rol, el problema se inicia en la enseñanza básica y media, que en el país es deficiente, “entonces los muchachos llegan a las universidades con una base educativa muy débil, lo que a su vez implica que su formación profesional también será débil. Además, la mayoría de las universidades, especialmente en la carrera de Comunicación Social, no logran actualizar los pensum a los requerimientos de una sociedad que cambia a una velocidad vertiginosa”.
Otras de las patas cojas del ejercicio periodístico, indica Bolívar Díaz Gómez, es el pluriempleo, una realidad incuestionable en República Dominicana, pero que no se circunscribe a los periodistas, pues solo se tiene que ver la situación de los médicos, abogados e ingenieros, “muy pocos pueden sobrevivir de manera decente con un solo trabajo, y por supuesto que eso afecta la calidad en el ejercicio de la profesión”.
Entre cambios y lagunas
Con los cambios vertiginosos que se producen en el mundo, a través de las tecnologías, expresa Díaz Gómez, tanto los periodistas como los profesionales de otras áreas tienen el reto de mantenerse actualizados, porque en un cerrar y abrir de ojos pueden convertirse en profesionales obsoletos, siendo el mayor reto es tener, cada día, mayor formación de cultura general y mantenerse actualizados en el campo de la tecnología.
Bolívar Díaz Gómez es de los que cree que lo lógico es que un medio invierta en la formación de sus reporteros, ya que, al pasar el tiempo, este se beneficiará de la capacidad adquirida por ellos obteniendo de él un trabajo de mayor calidad y aumento del rendimiento.
Aconseja a los comunicadores a desarrollar mayor capacidad creativa para mantenerse en el gusto del público, pues la proliferación de los periódicos digitales y la competencia que hacen las redes sociales obligan a un ejercicio del periodismo más dinámico,” cosa que prácticamente no se tomaba en cuenta hace menos de dos décadas”.
Al comparar las décadas, Bolívar dice con seguridad que para él no hay periodistas viejos ni nuevos, lo que cuenta es la disposición que tenga de mantener actualizados sus conocimientos teóricos y tecnológicos, “eso es lo que hará la diferencia entre un periodista joven o viejo, pero jamás la edad”.
El futuro de la prensa
En torno a si el desarrollo de la Internet atenta contra los medios impresos, el director del periódico El Nacional dice que es un tema de análisis que requiere una monografía, aunque considera que la realidad es que el futuro de la prensa es lo digital, no puede concluir que porque en Europa y Estados Unidos la prensa escrita está siendo sustituida por la digital, en República Dominicana ocurrirá lo mismo en los próximos años.
Agrega: “En los países desarrollados, los periódicos impresos que sobrevivan a lo mejor lo harán con algún producto híbrido, es decir con análisis, noticias, periodismo interpretativo y de investigación, apoyados con una actualización minuto a minuto en la red”.
Cree que todavía los dominicanos tendrán periódicos impresos por mucho tiempo, pues apenas se cuenta con el 22% de los hogares conectados a Internet y, de los nueve o diez millones de teléfonos móviles que hay en el país, casi la mitad son usados para comunicarse, no para informarse a través de los periódicos digitales.
A esto, Díaz Gómez agrega el alto costo del servicio de Internet, los apagones y la falta de interés de los jóvenes y adolescentes por las informaciones de la prensa, ya que una buena parte prefiere las especulaciones de las redes sociales, que la mayoría de las veces carecen de credibilidad por la falta de confirmación.
“Y como dice Paul Duguid, profesor de la Escuela de Información de la Universidad de California, los consumidores al ser sometidos a la avalancha de noticias creada por la tendencia productiva de Internet, quieren tener publicaciones que hagan las selecciones con criterios de calidad y credibilidad”
Auteur Lady Reyes